Usuario:
 Contraseña:
 CREAR CUENTA  Recordar Clave  Ayuda
 3.555 Lectores conectados [ Comunidad de Cams +18 ]  23.748 Autores | 137.426 Relatos eróticos 
NOVEDADES CATEGORÍAS TOP100 AUTORES BUSCADOR
TODORELATOS » DOMINACIÓN » LA VENGANZA A UNA INFIDELIDAD. PARTE 2
[ + 
Fecha: 19-Sep-23 « Anterior | Siguiente » en Dominación

La venganza a una infidelidad. Parte 2

Gneas10
Accesos: 5.305
Valoración media:
Tiempo estimado de lectura: [ 17 min. ]
 -   + 
Laura ha convertido a Vanesa en su zorra particular quitándosela a su novio. Su plan de venganza sigue adelante y ahora le toca el turno a Rubén, amigo de ambos que sabía de la infidelidad pero nunca se la contó a Laura... Toca ver cuan fiel puede ser. Version para imprimir

TERCERA PARTE SE PUBLICARÁ EN CATEGORÍA: ORGÍA.

Vanesa se enfundó el tanga, la gabardina, el plug en su bolsillo y se marchó con tres orgasmos y nueva "dueña". Y tan feliz por cambio parecía estar. Me afirmó que varias amigas ya habían dado el visto bueno al plan que la propuse. El resto de la tarde lo pasé plácidamente sin hacer casi nada, limpiando los juguetes y viendo películas, disfrutando de mi soledad y de la serotonina que inundaba mi cuerpo después de la sesión de sexo salvaje.

La semilla para mi segunda venganza estaba plantada. Me hice pasar por Jorge y hablé con Rubén, el amigo mutuo que tenemos al que le contó su infidelidad y me la ocultó. Siempre he tenido un feeling especial con él, tanto que siempre he pensado que si no estuviera con Jorge estaría con él. Es un hombre comprensible y atento, no es el típico machote de anuncio. Aunque es una persona de lo más normal, no destaca por musculatura definida, ni por una mandíbula marcada, ni unos ojos penetrantes... Pero siempre le he visto cierto atractivo. El caso es que le invité a jugar a videojuegos por la mañana porque se supone que yo me había ido a un spa. Aceptó rápido.

Me acosté tarde y me levanté tarde, dormí espectacularmente bien, pero un poco más y llega a casa aún cuando yo duermo. Desayuno, me lavo los dientes, me doy una ducha rápida y me visto. A los tres minutos de acabar de prepararme llama a la puerta. Por los pelos. Le abro y me quedo detrás de la puerta para que no me vea, como con Vanesa. Pasa como una exhalación y cierro la puerta.

-¿Qué pasa Jorge? ¿Cómo va eso?

Al girarse y verme, tuvo una reacción similar a la de Vanesa, su expresión de felicidad pasó de alegría a ser de seriedad y asombro, como su hubiera visto un fantasma.

-¿Qué pasa Rubén?

-Creí que estabas en un spa.

-Bueno, es Jorge el que está en un spa. Te he traído para que me expliques los motivos por los que no me has contado a mí, tu amiga, que mi novio me estaba engañando con una furcia.

Mi furcia a estas alturas.

Los nervios de Rubén se multiplicaron. Había venido a jugar videojuegos y se encuentra con esta situación. No es capaz de mirarme y se rasca la cabeza pensativo.

-Joder, Laura, entiéndelo. Estaba entre la espada y la pared. Ojalá Jorge nunca me lo hubiera contado.

-Pero lo hizo.

-Pero yo no quería saberlo. ¿Qué se supone que debía hacer? Traicionarle a él a pesar de saber que estaba haciendo algo mal o traicionarte a tí no contándotelo, al final le conozco a él desde hace más tiempo... Lo siento de veras, debería habértelo dicho, pero no fui capaz.

Durante esta semana pasada sofoqué todos mis enfados, aunque reconozco que este me ha dado una ligera punzada, pero estoy decidida a no dejarme llevar por ello. El fuego de lo que pretendo hacer es muy superior a cualquier otro sentimiento.

-¿Te arrepientes?

-No lo sé, hice lo que en ese momento creí que debía hacer pero...

-Tú dices que te puso en una situación en la que no querías estar, porque él sabía que tú y yo también tenemos relación ¿eso es de buen amigo?

-No...

-¿Entonces?

Reflexiona unos segundos.

-Sí, lo siento. Debería habértelo dicho.

-¿Y qué piensas hacer para enmendarlo?

-No sé que puedo hacer, lo que me pidas.

-¿Lo que te pida?

Asiente.

-Bien, ayer me traje a Vanesa aquí también engañada -me mira confuso, hago una pausa para darle cierto dramatismo y dejar que su imaginación piense cosas raras- y me la follé -ahora pasa a la estupefacción-. Me la follé con ganas además. Decía que era la perra de Jorge, bueno, ahora es mi perra. Y está encantada con ello.

-Vaya...

-Sí, vaya. Bueno, tú has sido ahora como un perro fiel para Jorge, así que ahora vas a ser mi perro.

-¿Cómo?

-¿Qué no entiendes?

-Lo que quieres.

-Has sido leal a un tipo que te ha puesto en una situación comprometida y eso ha hecho que me falles, así que ahora me vas a ser leal a mí.

-Pero, ¿de qué forma?

-Vamos a follar.

-Espera, no quiero meterme en estas cosas de pareja.

-¿No te he dicho que anoche me follé a Vanesa? Jorge ya no es mi pareja. Además, ambos sabemos que si no estuviera con Jorge estaría contigo, por eso aún estás soltero.

Me la juego un poco sobre los motivos de su soltería, pero encaja en mi historia.

-Bueno, sí a ver, eres muy atractiva y todo.

-Pues ya está, nos olvidamos de Jorge, ese que nos ha hecho mal a ambos, desaparece de nuestras vidas, tú ahora eres mío, me das placer y yo te doy placer.

Se queda quieto mientras me acerco a él. Coloco mis manos sobre sus hombros y le beso. Sus manos pasan a mis caderas, no me rehuye. Nuestras lenguas tienen el primer contacto. Un beso apasionado.

-¿Y qué implica que sea tuyo como tú dices?

-Siempre hemos hablado que eres tremendamente abierto de mente, y hay algo que siempre he querido probar y nunca he podido.

-¿El qué?

Me planteo si decírselo o que sea sorpresa... Mejor lo segundo.

-Lo verás cuando llegue el momento de hacerlo, por lo pronto quiero que te des una ducha y que te laves todo el cuerpo, y cuando digo todo es todo.

-Pero ya me he duchado antes de venir.

-Sh. No contradigas a tu ama.

Me alejo. Sigue paralizado. Levanto las cejas como diciéndole '¿a qué esperas?'. Si quita la camiseta y se dirige al baño. Se encierra y a los pocos instantes la ducha suena. Unos minutos después sale de la ducha con una toalla rodeando su cintura y con ligeras gotas aún recorriendo su torso.

-Esto, Laura.

-Ama.

-¿Cómo?

-Llámame ama.

-Ama, ¿estás segura de todo esto?

Me acerco a él, le quito la toalla y la dejo caer, dejándole a él completamente desnudo. Agarro su mano y lo llevo a mi habitación. Cierro la puerta una vez los dos estamos dentro, agarro el collar y lo llevo a su cuello. Está confuso, pero no se resiste.

-Recuerda que yo soy tu ama, tú mi perro, así que a obedecer.

Muestro autoridad en mi voz. No duda ni vacila. Se queda estático esperando a que yo haga algo. Me quito la camiseta, dejando mi torso desnudo. No puede evitar mirarme las tetas. Me bajo el pantalón y dejo también mi parte de abajo expuesta. Agarro la correa y tiro de ella. Me siento al borde de la cama y, de un tirón hacia abajo, hago que se arrodille. Recuerdos de ayer.

-Si quieres placer, debes ganártelo. Quítame los tacones.

Me los quita con gran habilidad. Como ayer, elevo mi pie derecho a la altura de su boca.

-Lame.

Su lengua va directamente a los dedos, pasando de un lado al otro. Los mete en su boca uno a uno y dibuja círculos con la lengua sobre ellos. Depués pasa a lamer desde el talón hasta la base de los dedos, da varias pasadas, lentas y amplias. Se le da muy bien. Los primeros escalofríos recorren mi cuerpo y mi coño ya se humedece. Le doy el otro y repite un proceso similar. Ahora juego con él, se los acerco y cuando va a lamerlos los alejo. Me regocijo en sus ansias, que van creciendo al ver que no alcanza su premio.

-Sh, con calma.

Le acerco uno y, al ver que no hace nada, lo meto en su boca. Lo lame con devoción. Lo saca y lame toda mi planta. Me muerdo el labio inferior. Cómo amo este fetiche que tengo y el placer que me da. Tiro de la cadena y lo atraigo a mi pecho, que ya tiene los pezones casi duros.

-Lame solo con la lengua.

La saca y recorre uno de mis pezones en círculos. Tras varias pasadas, da golpes más fuertes. Pasa al otro. Lo mismo. Le aprieto la cabeza contra mi pecho. Meto el pezón en su boca, el cual succiona y lame a la vez. Dejo escapar un gemido. Le separo y le llevo a mi boca. Nos comemos. Nuestros labios se mueven sin cesar y nuestras lenguas chocan con pasión. Vuelvo a separarle y, con otro tirón hacia arriba de la correa, hago que se levante del todo. Su polla queda a la altura de mi boca. Está bastante erecta, pero no del todo. La miro. Se ve deliciosa. Le miro a los ojos, expectante y deseoso de que lo haga, de que se la coma.

Le acerco a mí, agacho ligeramente mi cabeza y recorro con la punta de mi lengua desde sus huevos hasta el frenillo, donde doy varias lamidas finas. Gime. Va a agarrarme el pelo pero se lo impido.

-Las manos quietas a no ser que tu ama te lo diga.

-Sí, ama.

La sujeto con mi mano por la base y doy un golpe a mi cara con ella. Huele a sexo. Saco la lengua y doy varios golpes sobre ella, que acaban de hacer que se empalme del todo. La introduzco en mi boca, cierro los labios entorno a su tronco y empiezo a chupar. Mi cabeza se mueve sacándola y metiéndola, frenando justo cuando mis labios tocan su punta y volviendo a introducirla. Degusto su cálido sabor. Con la otra mano masajeo sus huevos. Hago una leve succión que le hace gemir alto. Con ese vació, golpeo su glande con mi lengua sin piedad. Gime más fuerte, agarrando sus manos a su culo para tener algo que sujetar. La saco entera, recorro sus huevos con mi lengua de un lado a otro. Meto uno en mi boca y lo lamo con devoción. Miro hacia arriba. Me mira, con mis ojos verdes y su polla apoyada en mi cara. Suelta un gran resoplido y mira al techo, o cierra los ojos dejándose llevar, no lo sé.

-Qué bien la chupas, ama.

Lo sé, y lo adoro. Paso al otro huevo. Una vez acabo con ello, levanto su polla y escroto con mis manos y voy más abajo. Recorro su perineo. Noto en mi lengua ciertas contracciones que se acompasan con gemidos bastante fuertes. Desde lo más al fondo que llego, doy una amplia pasada hasta la punta. Lamo todo el tronco, primero un lado, luego el otro, la beso y la vuelvo a introducir en mi boca. Me encanta. Ya estoy completamente empapada. Subo la velocidad de golpe. Mi cabeza se mueve a un ritmo descomunal, casi tan rápido como mi lengua por dentro. La estimulo todo lo que puedo, tanto que siento cómo palpita dentro de mí y que cada vez está más caliente. La saco, con un fino hilo de saliva aún uniéndome a ella. Me alejo y acaba rompiéndose. Gateo hacia atrás, tirando de la correa para que se tumbe también. Queda a cuatro patas, esperando que le de permiso para comerme el coño.

-Quieto aquí.

Voy al armario de mis juguetes y saco un plug, este sin cola, y un bote de lubricante. Me doy la vuelta y se lo enseño. Su mirada se vuelve curiosa.

-Vamos a jugar con tu culo.

Parece aceptarlo de buen grado. Se mantiene en su posición de cuatro patas. Me relamo. Me coloco detrás suya, acaricio sus nalgas y abro el bote. Mojo un poco mi dedo y lo esparzo por el ano. Se contrae, pero viene acompañado de un gemido.

-¿Has hecho esto antes?

-Algunas cosas, ama.

Abro bien sus nalgas con mis dos manos y paso la lengua por su agujero. Gime fuerte, muy fuerte. Repito. De abajo arriba. Vuelve a gritar. Me quedo ahí. Mi lengua dibuja círculos y líneas en todas direcciones sobre su ano. Siento cómo palpita. Es la primera vez que le como el culo a un tío, pero es de lo más excitante. Azoto y sigo lamiendo, lamo y le azoto otra vez, hasta que mi lengua se cansa. Vuelvo a embadurnar mi dedo, lo recorro y lo siento muy receptivo, como con Vanesa, tanto que casi por inercia y yendo solo introduzco el dedo. Su cabeza se apoya contra la cama a la vez que sueltar un largo gemido. Su culo se cierra sobre mi dedo. Lo saco entero y lo vuelvo a meter, hasta el fondo. Otro gemido contra la cama. Joder, cómo me pone hacerle esto a un tío y ver que le gusta tanto. Le penetro repetidamente hasta el fondo, haciendo que mi mano choque con su culo. A cada embestida, un gemido. Mi otra mano se va a mi coño. No puedo evitar masturbarme, estoy demasiado cachonda. Subo la velocidad de mis dos manos. Ambos gritamos de placer. Decido parar, reduzco suavemente y saco el dedo. Su respiración está casi más acelerada que la mía. Embadurno el plug con el lubricante y empiezo a meterlo. Con una ligera dificultad lo logro introducir. Le doy la vuelta para que esté bocarriba. Sin mediar palabra me siento sobre su cara mirando yo hacia el resto de su cuerpo. Agarra mis caderas y empieza a devorar mi coño. Yo apoyo una mano en la cama y con la otra le masturbo. La tiene tan caliente como una estufa. Tras varios lenguetazos, tomo el control de mi placer. Apoyo ambas manos en la cama y comienzo a agitar mis caderas, de arriba abajo y en círculos, rozando su lengua contra mi clítoris. Ese escalofrío por la columna, ese tambaleo de piernas. Grito al cielo mientras me corro sobre su cara. Me quedo unos instantes quita, recuperando el aliento.

-Estoy a poco de correrme, ama.

Que los tíos se corran y pierdan la excitación es un rollo. No voy a permitirle correrse, no hasta que hagamos todo lo que quiero hacer y me suplique que le permita correrse.

-Aún no, quedan cosas por hacer.

Vuelvo al armario. Me enfundo el arnés y le coloco el dildo. Me vuelvo a girar para dejarle ver la sorpresa. Casi parece sonreir.

-¿Quieres que tu ama te folle el culo?

-Sí, ama.

-Bien, pero primero tienes que lamerlo.

Es la primera vez que parece expresar un ligero atisbo de duda.

-Venga, ¿qué pasa? -me voy acercando lentamente a él- Es solo un cacho de plástico. No vas a ser menos hombre ni menos heterosexual por lamer un dildo. No tiene ni forma de polla, es una bala alargada. Te va a gustar, ya verás.

Y es verdad. Es un dildo morado sin huevos, sin venas, sin glande, solo el dildo. Con Vanesa me refería a ella como mi polla, pero porque a ella le gustan las pollas, a él no. Mi proceso de domarles y hacerles míos implica que hagan lo que yo quiera, pero que disfruten con ello, porque así serán más leales a mí. Vanesa ayer le faltó poco para pedirme que la llevara con correa de por vida, con él quiero lo mismo. Me acerco. Eleva la cabeza. Parece que le he convencido. Sujeto la correa y tiro suavemente haciendo que baje de la cama y se agache. Volvemos a la postura inicial: yo sentada al borde de la cama y él de rodillas ante mí. Tiro de la correa y se acerca a mi dildo.

-Con la lengua, de abajo arriba.

La saca y obedece. Lo recorre desde la base hasta la punta. Me excito un montón al verlo. Le tengo dominado. Tomo su cabeza y la guío para que se meta el dildo en la boca y lo empieza a chupar. Su cabeza asciende y desciende. Gimo con suavidad de la excitación. Qué de poder me da esto. Mis gemidos parecen gustarle, pues aumenta la intensidad cuando los escucha. Le doy ese placer auditivo. Se hace dueño de él. Lo saca y con la lengua lo recorre de abajo arriba y viceversa, mostrando pasión. Su cara es totalmente lasciva. Abro las piernas y empujo hacia abajo. Su lengua pasa a mi coño. Lo come como si fuera un poco de agua tras una travesía en el desierto. Su recompensa por chupar el dildo tan bien. Me engulle el coño a toda velocidad y por todas partes. Gimo más. Tiro de la correa hacia arriba. Me mira, sonrío, y rápido vuelve a chupar el dildo. Estoy casi tan cachonda como ayer. Hago varias alternancias más entre mi sexo y mi juguete, y a cada cual me pone más. él parece estar encandilado. Me vuelven a temblar las piernas. Joder, qué rápido.

-Abre la boquita.

Mi mano derecha se van a mi coño y lo masturbo con fuerza. Su cara está muy cerca para no perderse nada. Le agarro del pelo con mi izquierda. Deslizo mis dedos por todo mi sexo pero siempre estimulando el clítoris. Tengo un tremendo squirt a la vez que alcanzo el orgasmo llenando su cara de mi eyaculación.

-Bebe.

Se lame la boca y con sus dedos recorre toda su cara para llevarlo a su lengua. El ansia le puede.

-Bien, estás listo para que te folle.

Guiándole con la correa hago que se ponga a cuatro patas sobre la cama. Me voy hacia atrás. Acaricio sus nalgas y doy un azote. Extraigo el plug con lentitud, dejando que disfrute de ello. Echo lubricante al dildo. Observo lo dilatado que tiene el ano. Lo acaricio, causándole suaves gemidos. Me coloco justo detrás, con el dildo en posición. Lo sujeto y aprieto hacia adelante. Empieza a entrar lentamente. Mantengo el ritmo constante mientras él solo gime y agarra las sábanas con fuerza. Llego hasta el final, chocando mi pelvis con su culo. Acaricio su espalda y aguanto ahí unos segundos.

-¿Qué tal?

-Muy bien, ama, me encanta.

Muevo la cadera hacia atrás y vuelvo para chocar con sus nalgas. Otra vez, y otra, y otra... Le penetro mientras me aferro a sus caderas. Su espalda se arquea. Apoya los codos en la cama pues le cuesta mantenerse erguido. Gime como un animal, como un perro, mi perro. Me pide que no pare. ¿Por qué iba a hacerlo? La excitación me abruma. Yo también gimo mientras que aumento el ritmo de mis caderas. Invado su culo con mi dildo sin contemplaciones, moviéndome frenética, haciendo que tenga que gritarle al colchón del extremo placer que le doy. Un golpe fuerte de cadera casi hace que se caiga hacia delante. No me parece mala idea.

-Túmbate.

Se tumba. Recargo el lubricante en mi strap-on. Rubén apoya las piernas y parte del torso pero deja la cadera levantada para que pueda volver a entrar dentro suya con facilidad. Vuelvo a llenarle el culo. Apoyo yo también los codos y sigo con mi trabajo. Me acerco a su oído para susurrarle en voz baja todo lo que se me viene a la cabeza.

-Disfrutas ¿verdad? Te gusta que tu ama te rompa el culo. Eres un buen perro, mi esclavo sexual. Vas a tener esto muchas veces más, voy a acabar haciendo que me supliques que quieres chuparme el dildo y luego que te folle con él.

A todo me responde afirmativamente. Me siento la mujer más poderosa del mundo. Le gimo al oído, lo cual solo hace que él gima más. Doy mis últimos arreones, mi fondo físico se agota, y aún quedan cosas por hacer. La saco.

-No, sigue, por favor, ama.

Su voz se entrecorta por su respiración acelerada.

-Me estás suplicando antes de lo que pensaba. Pórtate bien y dentro de unos días repetimos.

Le muerdo el lóbulo de la oreja. Me pongo de pie y me quito el arnés.

-Date la vuelta.

Se coloca bocarriba. Parece exhausto. Me siento sobre su pelvis, elevo su polla y la coloco en la entrada de mi vagina. Entra con suma facilidad por lo mojadísima que me encuentro. Boto. Tomo un ritmo alto muy rápido. Agarro sus manos, las llevo a mis tetas y hago que mientras me las agarra me pellizque los pezones. Su cara es de fascinación hacia mí. Me adora. Hago círculos mientras subo y bajo. Resopla y gime, gimo y resoplo.

-Tienes una buena polla.

Me bajo de él, agarro el móvil y me tumbo de lado, ocupando su abdomen, dándole la espalda pero teniendo su polla delante. Coloco la cámara frontal y empiezo a chupársela. Miro a la cámara con ella en la boca y hago fotos. Sonrío. Lamo el glando y hago más fotos. La coloco sobre mi boca, pongo carita intensa y echo las últimas fotos. Le doy un beso a su sexo y me giro. Tiro de la correa y le hago levantarse sobre sus rodillas.

-Fóllame a cuatro.

Me coloco en posición, apoyando mis codos y rodillas, arqueándo la espalda y dándole mi culo. Me azota. Lo agradezco. Le ordeno que lo repita varias veces. Gimo cada vez que su mano impacta en mis nalgas. De un solo movimiento, entierra toda su polla en mi coño. Me extrae un fuerte grito de placer. Comienza a darme con fuerza. Me azota mientras no para de entrar y salir de mí. Nuestros calores convergen dentro mío dando lugar a un volcán de puro placer. Muerdo las sábanas. Preparo la cámara y enfoco. Sale su cara, lo ve, pero no se inmuta, sigue follándome como un animal. Me echo varias fotos. Perfecto. Dejo el móvil apartado y disfruto de sus duras embestidas.

-Mójate el dedo y recorre mi ano por fuera.

Al segundo noto su dedo bañado en saliva recorriendo mi otro agujero en círculos. Mi cabeza se olvida del mundo. Solo existo yo y la estimulación que mi cuerpo recibe. Me toco el clítoris. Está hinchadísimo. Lo toco más. Las terminaciones nerviosas de mi cuerpo al completo, pero sobretodo las de mi sexo, se ponen de acuerdo. Casi se me ponen los ojos en blanco. Experimento un orgasmo gigantesco, espectacular. Toda la excitación del encuentro, de lo que yo le he hecho y del placer que me está dando desenvoca en esto. Casi me dejo las cuerdas vocales gritando. Apunto estoy de rasgar las sábanas. Me da igual. Noto los flujos salir de mi interior como una cascada inagotable. Mi cuerpo se tensa y explota en mil pedazos. Me dejo caer hacia delante, sacándole de mí. Tardo unos segundos en recordar dónde estoy. De los mejores orgasmos de mi vida, y no he tenido pocos. Me reincorporo con alguna dificultad sobre mis piernas, quedándome sentada. Él tiene su polla entre sus manos, pero está quieto, esperando que se lo diga.

-Córrete en mi cara.

Le doy ese gusto por lo bien que se ha portado. Se masturba a una velocidad de vértigo. Acaricio su perineo con mis dedos mientras le pongo la mejor cara de zorra que soy capaz de poner.

-Venga, córrete en mi cara, llena a tu ama de semen. Vamos, eso es, gime y córrete para mí.

Se vuelve loco. Sus gritos son casi tan altos como los míos. Deslizo el dedo hacia atrás y, aprovechando el lubricante que aún tiene, lo introduzco un poco por su culo. Grita al cielo. A los pocos segundos acerca un poco más su polla a mi cara hasta casi tocarla y sale una primera descarga disparada. No solo me cubre toda la cara, sino que ha sido tan bestia que un poco ha caído detrás de mí. Otras más la siguen. Durante varios segundos dejo que empape mi cara hasta cubrirla casi al completo. Abro uno de mis ojos porque el otro lo tengo cubierto. Sujeto su polla y lamo con suavidad su glande. Le hago gemir otra vez. Se tiene que sentar porque sus piernas no aguantan, pero yo no paro. Mantengo su polla agarrada y cuando ya está colocado la lamo de abajo arriba y me llevo lo poco que no salió disparado hacia mí. Me coloco sobre mis rodillas y juego con la corrida de mi cara. Me lamo los labios. Con la mano lo meto en mi boca. Saco la lengua y dejo que se me derrame por la barbilla y que llegue hasta mi pecho. Repito el proceso hasta tres veces mientras no puede apartar la vista ni cerrar la boca. Está hipnotizado. Es un muy divertido jugar con la corrida de los tíos.

-Traeme papel.

Le cuesta hasta levantarse, pero lo hace. Me limpio la cara y el pecho con varios pañuelos, también lo que ha caído en la cama.

-Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a quedarte aquí cuando vuelva o...? -me pregunta.

-Según tengo entendido vives solo, ¿no?

-Sí, ¿quieres venirte conmigo?

-Hasta que encuentre algo.

-Sin problema, todo el tiempo que necesites. Estoy segura de ello.

-¿Estás conmigo entonces?

Me mira con una leve pausa. Sabe a lo que me refiero.

-Soy todo tuyo.

 TERCERA PARTE SE PUBLICARÁ EN CATEGORÍA: ORGÍA.

Descubre la Comunidad de Webcams +18
Conecta, comparte y vibra en vivo con las cámaras.

comunidad.todorelatos.com
© Gneas10

Valore y Comente los relatos que lee, los autores lo agradecerán y supondrá una mejora en la calidad general de la web.
 Comentarios sobre este Relato (2)
\"Ver  Perfil y más Relatos de Gneas10
 Añadir a Lista de Favoritos
 Reportar Relato
« VOLVER A LA PÁGINA ANTERIOR IR ARRIBA  ▲
 

📹 WEBCAMS +18: 1.000 Monedas Gratis!