Vendedores a domicilio

Me quiero considerar de esos que, no quiero entrar al trapo cuando hablan mal de mí, pero hay veces que me es difícil contenerme, no pudiendo aguantar, y acabar por entregarme a una lucha dialéctica, donde se me va la lengua. Pienso, y sé que no lo cumplo, cuando digo que me importa una mierda lo que opinen, o digan de mí, aunque a veces en verdad todo depende de mí contentamiento. 

Los que me conocen saben que soy de esos que buscan sexo esporádico… sin compromiso, cuando estoy a gusto me entrego al máximo, no me hace falta una cama, pues cualquier sitio es bueno para que me puedan preñar. Desde siempre he buscado hombres mayores, personas maduras que ronden los cincuenta en adelante, si os debo reconocer que me ponen los abueletes, sin importarme el tamaño de su miembro.

Además, soy de esos que, no me molesta que en pleno fregado estos les den por invitar a uno, o a más de uno a participar, hecho que aprovecho, aunque a veces sean muchos a satisfacer. Bueno dicho esto, comenzare…

Llevo un tiempo que mantengo menos relaciones extramatrimoniales, ya sea por pereza o por ocasiones, aunque esto último no sea así, también es verdad que, desde el comienzo del verano, cuyo calor sea vuelto asfixiante, mi pareja me busca más carnalmente.

Dice que el calor nos hace ser más ardiente, cosa que he visto que en su caso así ha sido, también es verdad que sus amigas les ha dado por viajar, y estar menos con ella. Pero aun así, debo decir que disfruta, aunque en la cama en verdad mande ella, ordenando, e instruyéndome de forma diferente a como lo hacíamos en su momento... uuummm!!.

Ya sea en la forma de comernos la boca, como a la hora de follar, e incluso de mamármela, deseosa que me corra en su boca, ¡y poderse tragar mi corrida... uuuffff!!.

Sexo que comenzamos temprano, cuyos preliminares sabe que me ponen, pues es como el pan de cada día, besos, caricias, magreos, y demás preámbulos para excitarnos. Dándome por descender, tras haberme dedicado el tiempo que sea necesario en sus pechos, besando cada centímetro de su vientre hasta llegar a su pubis, acabando en su velocidad... uuummm!!.

Y comenzar, lamiendo sus labios vaginales, chupando con delicadeza al tiempo que jugueteo con su vulva, lamo su clítoris, e introduzco la punta de mi lengua, mientras ella gime, y se retuerce de placer. Llegando el momento de comenzar por lamer, chupar, y succionar su vulva, dándome por introducirle uno de mis dedos, escuchándole como suspira, y se retuerce de placer... ooohhh!!.

Levanto la vista sin dejar mi ‘labor’, viendo como mantiene sus ojos cerrados, y muerde la almohada al tiempo que se acaricia sus pechos, animándome a continuar, siguiendo por la misma línea... uuummm!!.

Y voy acelerando, mientras siento su mano en mi nuca, no deseando que me aparte, ni que se me pase por la cabeza detenerme, continuo y voy acelerando, alternando los embistes de mis dedos... ooohhh!!.

Siento como se retuerce de placer, como se convulsiona, como tiembla, y con la mezcla de todo, lanza un primer grito, cuya consecuencia no es otra que su orgasmo, y aunque no deseo parar, le da por tirar de mí, acabando en un apasionado beso... uuuffff!!.

Tocando la hora de la penetración, colocándome arriba, y que sea yo quien se mueva, pues no deja de hacerme saber que debe de descansar, cosa que no me importa. Pues así de primera, cojo y se me ocurre preguntarle...

• “Que, ¿cómo estas últimamente de agilidad?”.

Pregunta que sabe perfectamente por donde voy, pues con una sonrisa en su cara, le da por elevar sus piernas hasta dejarla descansar en mis hombros, movimiento que aprovecho para introducírsela... uuummm!!. Escuchando decirme...

• “Despacio, métemela despacio, ¡que está muy gruesa... ooohhh!!”.

Y como se la introduzco despacio, sabiendo de sobra que, si voy en plan bestia, puedo lastimarla y dejarme sin sexo durante una o dos semanas, y, e ir acelerando, cuyos embistes, puedo ver por su rostro que está disfrutando, no dejando de gemir, jadear, e incluso suspirar... aaahhh!!. Preguntándome de vez en cuando...

• “No te corres”.

Y ante mi negación, darle por cambiar de posición, no antes darle por chupármela, animándose, y deseosa a que me corra, cosa que tras unos minutos, soy yo mismo quien le aparto, y hacerla sentar encima, ayudándole a metérsela... ooohhh!!.

Quedándose como agarrotada, cosa que le hago que se ponga derecha, soltando un gemido... ooohhh!!, y comenzar a cabalgar, como tanto me gusta que haga, ayudándose a veces por sujetarse al cabecero de la cama, mientras la tengo sujeta por las caderas, nalgas, e incluso pechos... uuummm!!.

Disfruta, y comienza a acelerar, dándome por hacer el esfuerzo por acercar mi boca a sus pechos, chupándoselos, absorber, e incluso morderle con suavidad sus pezones... ooohhh!!. Mientras se retuerce, dándome por hacerla soltar del cabecero, e inclinarse hacia atrás, estirar sus brazos hasta apoyarse con las palmas de sus manos sobre la cama, dejándose llevar por el momento, y acabar en un nuevo orgasmo... ooohhh!!. Y una vez más, le da por preguntarme...

• “Ya te has corrido”.

Viéndome como le hago saber que no, vuelve a preguntarme...

• “Acaso no te excito lo suficiente, dime ¿qué quieres que te haga?”.

Y sin dejarle acabar, me da por colocarla en cuatro, ayudándome con lubricante, embadurnar mi polla, y su orificio anal, y muy placentera, calla y se muestra sumamente sumisa, inclinándose de manera que se la meta... uuummm!!.

Introduciéndosela lentamente, y poco a poco, ayudándome ella misma al hacerse un dedo, dándome por detenerme, retroceder, y volver a metérsela, quedándome quieto unos segundos, tiempo que le dé por adaptarse, y comenzar de nuevo a metérsela... ooohhh!!.

Comenzando a follármela, metiéndosela al compás de sus gemidos, dándome por pensar en esos momentos, aquello de... ‘menos mal que, no la tengo ni muy grande’. Y escuchar, como comienza a gemir, preludio de un nuevo orgasmo, me da por acelerar, e incluso forzar mi propia corrida, y en minutos, comenzar ambos a venirnos, dándome por sacársela, tras haberme corrido en su interior... uuummm!!.

Y aunque, me quede con la polla metida dentro unos minutos, pues lo cierto es que deseaba continuar, espacio de tiempo que me dio porque ella descansara. Pero viéndome por mi propia pareja apartarme, pidiéndome el desayuno, tocando levantarme, y encaminarme hacia la cocina.

Cosa que, tras preparar unos cafés y algo para succionar el desgaste, apareciendo con ese desayuno en la salita, donde mi esposa aparece ya vestida, y preparada para irse a trabajar. Prendas que, me da por acercarme por detrás y acariciar sus nalgas, y restregar mi polla a modo de pedir guerra, y esta misma, tras apartarme, no deja de insultarme, y decirme...

• “Quieto salido, no me seas un cerdo pervertido, no te has corrido más, porque no has querido”.

Soltar, y esta misma decir...

• “Bueno, nos vemos esta noche, y si estamos con fuerza repetiremos, vale”.

Y marcharse a trabajar, informándome que no nos veríamos hasta la noche, pues como salgo sobre las diez de la noche, no nos queda otra, y tras el muerdo, se va. Quedándome yo solo, darme por mirar la hora, y tras abrir el portátil, darme por abrir mi correo privado, dándome por responder a mis seguidores, calentándome con algunos, y dejarme llevar por la excitación... uuummm!!.

Viéndome no caliente sino lo siguiente, darme por dirigirme hacia mi dormitorio, y del fondo de uno de los cajones, sacar un plug anal, y popper, colocándome una prenda muy sexy, como unos culote... uuummm!!. Finalizando por coger, y colocarme un par de alfileres de la ropa en la punta de mis pezones, cuyo dolor me pone, y no os imagináis de qué manera... ooohhh!!.

Y continuar con aquellos, cuya conversación he tenido que dejar en ‘estambay’, cuyas ideas y sugerencias de esos hombres, me pone y de qué manera, cuyo consecuencia se ve visiblemente en mi culote... uuummm!!. Ya que sobre la zona de encajes, predominaba esa mancha blanquecina que, no era otra cosa que el precum, sabor y olor que, me tenía a mil... uuuffff!!.

Y en esos momentos, suena el timbre de la puerta, dándome por mirar la hora, pues no espero a nadie, hora cuyo reloj marca las diez menos cuarto de la mañana, y darme por colocarme en esos momentos, una de la camiseta de tiranta que casualmente es de mi pareja.

Pecando de no ser precavido, pues sin llegar a mirar por la mirilla a modo de saber quién coño es, me da por abrir la puerta, encontrándome a un par de señores, emperifollados en su traje gris uno, y azul marino el otro, presentándose ambos como trabajadores de la ‘Junta de And...’.

Individuos muy serios de traje y corbata, cuyos cuerpos no van en consonancia de esos trajes, pues estos marcan cuerpos fornidos, aunque hoy día, rara es la persona que no marque músculos, tabletas, o que se yo.

Bueno sigo, comienzan estas dos personas a darme una amplia información, ya sea de la propaganda que debían de haberme echado en el buzón, cuya previa encuesta debía de estar preparada. Y aunque me dieron las ganas de echarlos, me dio por aguantar más por respeto que otra cosa, información que, me daba uno de esos ‘clon’, pues ambos eran similares al físico, y aspecto.

Hombres de al menos el metro ochenta y muchos de altura, y como he mentado antes, eran corpulentos, físico que di por echo por sus amplios hombros, y aspecto de porteros de discoteca. De cabellos oscuro y con un corte tipo de ejecutivo, ambos con barbas de color negro, cuya persona de la derecha, no dejaba de hablar por esa boca, y que, comenzó a darme dolor de cabeza.

Cuando recuerdo, cuando me da por mirar al de mi izquierda, y darme cuenta, como este en vez de estar mirándome a la cara, pude ver como su cabeza estaba levemente inclinada hacia abajo, cuyos ojos estaban clavados en mi entrepierna... uuummm!!.

Y es cuando caí en como estaba, pues de momento, puedo decir que ni llegue a quitarme esos alfileres de mis pezones, cuya forma en esa camiseta de color ciano de tiranta, puedo decir que más parecía que marcaba unos pequeños pezones... uuummm!!. Mirada mía que baje un poco más, viendo que este miraba esa mancha blanquecina que se me apreciaba en mi culote, prenda de encaje negra que más parecía una prenda femenina que una prenda masculina... uuummm!!.

Dándome cuenta, no siendo por otra cosa que, por el silencio de que ese otro vendedor, ese que os recuerdo que estaba a derecha, y que dejo de hablar, cosa que creo que se percató de las miradas de su compañero hacía mí, y de mi propia dejadez a esté. Individuo que, rompiendo ese momento, pues mientras el de mi derecha le dio por pedirme un vaso de agua, cosa que pertinente vi el invitarles a entrar, pudiéndoselo tomar en la cocina.

Creo recordar que ese otro vendedor, le dio por pedirme permiso para usar mi aseo, cosa que, aunque no vi normal, acabe por acceder. Y aunque por un lado pensé en la caradura del segundo, pues se aprovechó de mi buena fe al invitarlo a entrar (cosa que os recuerdo, que ese era el que se me quedo mirando con toda desfachatez).

Quedándome con el de la charla, cuyo sermón continuaba aun, dándome cuenta de la tardanza de ese que fue a orinar, dándome por acercarme por si ha tenido ‘fuerzas’ mayores. Cosa que, recuerdo como a medida que llegaba al aseo, iba con el temor, como un mal presagio, pues pensé en lo mal que había hecho al dejar entrar a estos dos.

Donde llego al aseo, encontrándomelo vacío, y no en cambio, escucho voces que proviene desde mi despacho, cosa que no recuerdo el haberme dejado el portátil encendido, y me da por entrar.

Y joder, llevarme una tremenda sorpresa, pues este individuo se encontraba allí, y delante de mi portátil, cuya video visualizaba uno porno gay, vendedor que encima se estaba sobando la polla... uuuffff!!.

Dándome por reprocharle la caradura que tenía, y de aprovecharse de mi buena fe al dejarlos entrar, viendo esté girarse, mostrándome su polla en la mano, verga que se había sacado del interior de su pantalón, y que lucía de la ostia. Y darle por preguntarme...

• “¿Te gusta lo que ves?”.

Dice, mientras me da por retroceder de espalda, y pedirme...

• “Ven hombre que no muerdo, eso espero que tú me hagas, venga dale un bocadito a mi polla”.

Suelta, y me mi parado en seco al verme por detrás detenido con algo, y no es precisamente el armario, viendo que no es otra cosa, o en verdad persona que ese otro vendedor... uuummm!!. Diciendo primero...

• “¿Que tenemos aquí?”.

Y acabar después...

• “Tenéis fiesta, y no me habéis invitado”.

Bueno, toca despedida, espero que, os haya gustado, tanto como a mí recordarla, y redactarla. Ya solo queda, decir que, si queréis decirme algo, o poneros en contacto, no temáis en decírmelo, no importando lo que sea, decírmelo, como quien dice a ‘pelo’, cosa que pone mucho. Pero eso sí, decirlo a mi email, el cual es: jhosua 1974 @ Gmail . com (obviamente todo junto).