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TODORELATOS » AMOR FILIAL » PAGANDO EL FAVOR DE MI MADRE CON MI TÍO
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Fecha: 17-Sep-23 « Anterior | Siguiente » en Amor filial

Pagando el favor de mi madre con mi tío

VODKANIMAL
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Mi madre no tuvo dinero para pagar el alojamiento en casa de mi tía, pero mi tío encuentra el sexo conmigo como moneda de pago Version para imprimir

Era ya media noche, ya no se escuchaban pasar carros por la pista, los grillos comenzaban a cantar y las luces de los vecinos terminaban de apargarse. Pareciera que la noche llegaba a su punto más silencioso, justo el momento perfecto para dormir plácidamente hasta el día siguiente, pero no para mí.

Sábado por la noche, mientras todos están de fiesta en la ciudad, especialmente mi madre y mi tía, yo me encontraba acostada en el cuarto del segundo piso que compartía con mi madre. Miraba la luz amarillenta que entraba por la ventana y chocaba con el piso, aclarando un poco el cuarto sin necesidad de prenden la luz. La puerta se abre de repente y se logran ver dos siluetas, una más ancha que la otra.

Desde que mi madre y mi tía nos dejaron solos estuve esperando el momento, el momento en que llegara mi tío Humberto y su hijo Fabian, mi primo. Abrieron la puerta lentamente sabiendo que me encontraba sola en el cuarto. Alcé la mirada un poco sin decir palabra porque sabía lo que me esperaba. Ellos por su parte se me quedaron viendo unos segundos antes de entrar.

No es la primera vez que pasa esto, llevamos así mucho tiempo. Para ser más exacta, desde que mi madre, Eva, encontró a mi padre con otra mujer en la casa es que nos vinimos a vivir con mi tía Luna, hermana de mi madre. Su casa no es muy grande, a penas nos pudimos acomodar en un pequeño cuarto brindado por mi tía. Tampoco podíamos exigir muchos, mi madre no tenía un trabajo estable para poder contribuir económicamente en la casa, así que mi tía le dijo que podría quedarse sin pagar hasta conseguir algo.

Eso no le gustó mucho a mi tío ya que tenía que comprarse más comida para nosotras. Durante varias semanas estuve escuchando las quejas que le daba mi tío a su esposa, hasta que encontró una forma de cobrarse el tiempo de estadía en la casa.

Mi tío y mi primo entraron inmediatamente al cuarto cerrando la puerta lentamente. Yo estaba entre las sábanas por el frío que hacía, vestida con mi pijama blanca de flores rosadas. Cuando entraron, me senté en la cama para mirar con más claridad sus expresiones, para saber si lo que me haría me dolería por la mañana. Mientras esto ocurría, mi tío decía:

-          Bueno sobrina, entiendes que mantener una familia de cinco está complicado. No se puede ir por ahí pensando que todo será gratis.

Fabian se acerca a la ventana y cierra la cortina, evitando que luz entre y oscureciendo el cuarto. Va rápidamente la mesa de noche que se encuentra al costado y enciende la lámpara que apenas emana luz. Mientras mi tío seguía hablando:

-          De alguna forma se tienen que pagar los gastos. Con dinero. Sin embargo, eso es algo que ustedes no tienen por ahora. Pero me gusta la forma en la que nos estás devolviendo el favor.

Mi tío se acerca a mí y comienza a sobar mi hombro lentamente mientras que su otra mano va tirando las sábanas para destaparme. Fabian comienza a sobar mi pierna blanquiñosa que se encontraba desnuda por usar un short blanco de tela delicada que va en conjunto con la pijama. Van tocando mi cuerpo a medida que se va destapando en la penumbra del cuarto.

Fabian va subiendo su mano lentamente por mi pierna mientras se soba el bulto, mi tío por consiguiente comienza a llevar sus manos a unos de mis pechos y a presionarlo delicadamente. Yo hago pequeños gestos de querer soltarme ya que me tenían acorralada, pero los tres sabíamos que no me liberaría hasta que ellos hayan terminado la sesión. Alzo la mirada y los miro a los dos, mirándome fijamente con sus caras de pervertidos, con esa pequeña sonrisa de placer, de saber que disfrutaría de mi cuerpo en cuanto me desnudaran.

En un movimiento rápido, mi tío lleva su otra mano a mi otra teta y comienza a apretarlas despacio mientras Fabian comienza a sobar mis dos piernas subiendo sus manos de más hasta llegar a mi vagina, sobarla un poco y luego volver a bajar. Con mis manos intentaba evitar que me tocaran torpemente haciendo pequeñas quejas con la boca.

El resistirme a sus manoseas parecía que los motivara aun más, pero no me di cuenta de eso hasta que mi tío me dio un morreo forzado sin dejar de jugar con mis peños. Metió su lengua en mi boca haciendo que yo ponga mis manos en sus hombros para poder quitarlo de encima. Fabian aprovechó esto para quitarme el short rápidamente dejándome solo con mi calzón azul, luego puso su mano sobre mi vagina por encima del calzón y sobó con sus dedos haciendo un poco de presión mientras metía la otra mano en su short para tocarse la verga.

Mi tío dejó de besarme y empezó a tirar de mi polo para poder quitármelo, usaba un poco de fuerza pero trataba de ser cuidado. Tiró y tiró hasta dejarme desnuda. En ese momento los dos pararon de tocarme para observarme más a detalle. Yo trataba de cubrir mis pechos con las manos mientras intentaba cerrar las piernas.

Luego de unos segundos, Fabian coge los tirantes de mi braga y comienza a tirar de ellos para quitármela. Yo troto de evitarlo agarrando sus manos, pero me fue imposible, él tenía mucha más fuerza que yo. Pero a pesar de usar la fuerza, ellos trataban de no hacerme daño.

-          Cuidado, no le hagas marcar o se darán cuenta – dijo mi tío mientras comenzaba desnudarse.

-          Tranquila – dijo mi primo mientras me quitaba el calzón – déjate que será más rápido para ti.

Al quitarme el calzón por completo, Fabian intenta meter la cara entre mis piernas, yo las cierro con fuerza mientras intento parame con las manos sobre la cama. Mi tío, quedándose en boxer, me agarra de las  manos evitando que forcejee con Fabian. Él abre mis piernas con cierta brusquedad y rápidamente baja la cara a mi vagina, posiciona su boca justo en frente de ella y me mira a los ojos, me da una sonrisa mañosa y pasa a lamer mi vagina intensamente mientras tiene mis piernas abiertas con sus manos. Mi tío me suelto y rápidamente pongo mis manos sobre la cabeza de Fabian para quitarlo de mi vagina, jalo de sus pelos y empujo su cabeza a un lado pero no consigo nada.

Mi tío por su lado, se quita la última prenda que llevaba y rápidamente se arrodilla, quedando al borde la cama, y se agacha para comenzar a chupar uno de mis pechos. Intento quitármelo de encima pero él coge una de mis manos para que no forcejee con él tampoco.

Mientras Fabian me comía el coño mi tío Humberto saboreaba mi pezón durito y rosado. Los dos ya estaban disfrutando de mi cuerpo como se sabía que ocurriría desde un principio. Me tenían completamente dominada, estuve a sus antojos desde el día en que entré a esa casa.

Sentía como la lengua de Fabian iba de arriba abajo, en círculos, abriendo mis labios y metiendo su lengua en mi entrada empapándome todo el coño con sus babas. Mi tío disfrutaba morder mi pezón, jugar con su lengua moviéndola de un lado a otro y de vez en cuando chupándola como si intentara sacar leche. Se escuchaba como sus babas empapaban mi cuerpo blanquecino.

Estuvieron así por un rato mientras yo hacía pequeñas quejas – Ya paren por favor, van a llegar y nos van a encontrar – decía, pero yo no hacían caso y continuaban chupando mi cuerpo.

Mi tío deja de chuparme el pezón y se para rápidamente. El cuarto estaba un poco oscuro, pero aun así pude ver su enorme verga ya erecta. Era ancha, no muy larga, pero con un glande grande. Se acerca a la cama y se acuesta de costado, a un lado mío, dejando su pena cerca de mi rostro. Lo agarra por el tronco y comienzo a comerlo hacia mi boca. Yo hago la cara a un lado mientras aun intento sacar a Fabian de entre mis piernas, pero mi tío me coge del pelo con la otra mano y regresa mi rostro a mi pene.

-          Abre esa bosa y comienza a hacer tu trabajo – dijo mi tío con cierta seriedad.

A pesar de intentar no hacerlo, los tirones de cabello me dolían. Sabía que la única forma de evitar que me jalara el pelo era comenzar a chupar su verga, fue lo que hice. Con los ojos cerrados abrí un poco la boca, lo suficiente para que metiera la cabeza en ella y yo comenzara a hacer círculos cobre este para empaparla.

Fabian alzó la mirada y vio como tenía la verga de su padre en mi boca, dejó de chuparme el coño y se alzó, quedándose arrodillado entre mis piernas para evitar que las cerrara. Se bajó el short un poco solo para sacar un verga erecta que, siendo hijo de Humberto, tenían cierto parecido. La diferencia era que Fabian no la tenía tan cabezona como su papá, pero la tenía un poco más larga. Pero los dos la tenían grande y blanca.

Mientras chupaba la verga de mi tío, miré a Fabian con cierto temor ya que sabía lo que estaba planeando. Él empezó, estando entre mis piernas y con la verga afuera, a pasar la puntita de este en mi vagina, empapándola con mis fluidos ocasionados por su lengua. Pasó su verga de arriba abajo lentamente, como si abriera mis labios con su verga para poder ver mi entrada. Una vez la empapó bien, la posicionó en mi entrada y empujó lentamente para que entrara. Mi vagina estaba tan mojada que su verga resbaló al entrar, profundizándola fácilmente en mí. Mientras entraba yo di un gemido de corrido que duró unos segundos.

A la par que Fabian comenzaba con el pete saca, mi tío también teniendo su verga en mi boda. Ahora lo dos me estaban penetrando, uno por el coño y el otro por la boca. Yo comenzaba a gemir entrecortadamente por las embestidas de los dos. Sus movimientos bruscos hacían que mis senos vayan de arriba abajo, de izquierda a derecha. Mi cuerpo hacía vaivén con cada embestida, se alzaba y se profundizaba sobre la cama, parecía que me desarmaría de un momento a otro por los constante movimientos.

Mi cuerpo es delgado como la de una modelo japonesa, también blanco como la nieve, eso hace que el mínimo contacto imprudente hace que se marque de rojo. Fabian y Humberto saben eso, es por eso que tienen cuidado con mi piel y no se andan con mordidas o cachetadas, de lo contrario mi madre me vería y se enteraría.

-          Sabes chuparla rico – dice mi tío mientras saca su verga de mi boca – pero ya es turno de ese coñito.

Fabian al ver que mi tío se paraba, saca su verga de mí y se retira intercambiando lugar con su padre. Ahora era Humberto quien estaba entre mis piernas. Agarró su pene e hizo lo mismo que su hijo, pasó su glande por mi vagina para empaparla y dejarla lista para cogerme. Aun que ya estaba muy mojada por mis babas. Luego la introdujo lentamente mientras yo gemía pues mi tío la tenía más ancha que Fabian, eso me hacía sentir como mi vagina se iba abriendo a la vez que Humberto la empujaba.

Una vez la introdujo por completo, empezó a cogerme lento, pero siendo un poco tosco, haciendo que de un gemido por cada embestida que me daba. Fabian estaba a un lado del cuarto desvistiéndose sin dejar de mirar como me cogía su padre. Luego se acercó acostó al borde de la cama (como lo hizo su papá) e intentó meter su verga en mi boca.

-          Tienes que limpiarme la verga – dice Fabian – mira como la dejaste toda babosa ¡Abre esa boca!

No quería hacerlo, pero sabía que me iría peor si no hacía caso, entonces abrí mi boca y comencé a succionar su verga para quitarle todos mis flujos por estar penetrándome. Se sentía muy babosa entando en mi boca, como si estuviera chupando un caramelo no tan duro empapado con miel. Claro… sin ese dulzor.

Mi tío seguía cogiéndome de forma brusca, eso a Fabian lo ponía más. Le gustaba sentir mis gemidos en su verga, eso hacía que me metiera su verga hasta el fondo de la garganta y dejarla ahí unos segundos, haciéndome soltar una arcada fuerte para luego continuar chupándosela. Me metía su verga tan al fondo que sus bolas chocaban con mi mentón y hacían presión en la arcada.

Fabian continúo penetrándome, cada vez más rápida. Incluso se escuchaba más su jadeo a medida que la metía más rápido. Estuvo unos segundos así hasta que no aguantó y soltó un suspiro de placer por correrse en mi boca. Me llenó tanto la boca de su semen que solo me quedó tragármelo todo para evitar que me manchara me mejilla al sacármela.

Humberto lo miró paró de cogerme y miró a su hijo diciendo “no duras nada”,  sacó su verga para darme vuelta rápidamente y quedarme boca abajo. Luego me cogió de la cintura y la tiró hacia arriba, alzando mi culo poniéndome en cuatro. Él se puso atrás mío y dijo “Tienes que saber durar hijo”. Luego empujó su verga en mi coño y me penetró rápidamente. Comenzó con el mete saca haciendo soñar mi culo con cada embestida. Fabian colocó su cabeza debajo de mis pechos y empezó a chuparlos con cierta dificultad pues estos se movían de adelante atrás rápidamente por mi tío.

Mi primo empezó a masturbarse mientras pasaba su lengua por mis pechos y yo gemía al compa se las embestidas de mi tío. A Fabian se le volvió a parar por la paja que se hacía y mi tío aumentaba la velocidad. Comenzó a tirar de mis pelos para penetrarme más duro. Yo solo gemía y cerraba mis ojos dejando que ellos hicieran lo que sea conmigo. Pero algo que no entiendo hasta el día es que encontraba cierto placer en todo lo que me hacía, aun que no lo admitiera, en el fondo sentía un morbo que jamás se los admití.

Humberto siguió cogiéndome con fuerza hasta que se vino dentro, empujó su verga lo más al fondo que podía y correó todo su semen. Fui sintiendo como su verga se encogía dentro de mi vagina hasta que le casó lentamente y dejó caer pequeñas gotas de semen en mi cama que chorreaban de mi vagina. Luego Fabian salió de entre mis pechos y cambió lugar con su padre. Sin dejarme descasar, resbaló su verga en mi vagina y comenzó a penetrarme de la misma forma en la que lo hacía su papá. Jaló de mis pelos haciendo que curvara mi cintura hacia arriba y me penetraba con fuerza.

Mi tío se sentó en una silla cerca de la mesa de noche con la lámpara y empezó a observar como su hijo me cogía. Escuchando mis gemidos y el “pla pla pla” de mi culo con la verga de Fabian, empezó a jalársela para que se le parara de nuevo.

-          Que rico coges prima – dice Fabian cogiéndome – eres toda una puta… me pones tanto…

Fabian continuó haciéndome gemir hasta que se vino dentro. Él no empujó su verga al fondo, pero me jaló del pelo muy fuerte haciendo que suelte un grito fuerte, luego se quitó y le dijo “te toca” a mi tío. Humberto, sin perder el tiempo, se paró ya con la verga erecta y acercó a mí mientras Fabian se salí. Yo me acosté por el cansancio mojando mi cama con el sudo de mi cuerpo mientras jadeaba delicadamente. Mi tío me da vuelta y se pone encima de mí, agarra mis piernas y las coloca en sus hombros, penetrándome de esa forma mientras Fabian se sienta al borde de la cama y observa a su papá coger conmigo.

Y estuvieron así toda la noche cogiéndome, intercambiando lugares, jalándome el pelo, besándome incluso después de hacerlas chupado a los dos. Una noche en la que la gacela era yo y mis dos leones disfrutaban de su caza. Aun que al principio no quería dejarme, tuve que ceder para evitar que me hicieran daño. Pero no negaré que disfruté un poco del sexo, incluso los ayudaba un poco alzando mi culo para que me cogieran más fácil. Ellos sabían que me dejaría tarde o temprano porque, como les dije en un principio, no es la primera vez que pasa.

Llegó un momento en el que los dos se cansaron y se acostaron en mi cama, uno a la par del otro, e hicieron que me comenzara a chuparles la verga. Yo me coloqué en medio de ellos con el culo mirando hacia la cara, eso hacía que ellos jugaran con mi vagina, dedeándome y dándole palmadita para hacerme gemir mientras tenía su verga en la boca. Luego me volvieron a coger hasta cansarse por completo y haberme llenado todo con su leche.

Al terminar, buscaron sus prendas en el cuarto, se vistieron y se fueron del cuarto antes de que llegaran mi tía y mi madre de fiesta pues ya eran como las 4 am. Me dejaron desnuda, sudorosa y llegan de semen su semen. Pero algo sabía, esa noche no fue la prima y ni será la última de sus cogidas. Sabía que ocurriría de nuevo, sabía que ellos regresarían por y pues… yo… los estaría esperando.

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