Lo que voy a contar es 100% verídico. Hace muchos años que juego al Apalabrados.  Antes el chat era mejor que el de la nueva actualización, pero igualmente vas conociendo gente.  Empecé a jugar con una chica y le propuse un juego. Consistía en que el que ganaba, podría pedirle algo al que perdía. A primera hora eran cosas normales, una foto de su cara, manos, cuerpo entero...tanto yo a ella, como ella a mí. Hasta que un día, ella dio un paso más y me pidió el número de móvil. Sin dudarlo se lo di. En la siguiente partida que perdí, me pidió una foto de mi polla. Así fueron transcurriendo el tiempo y hubo fotos de todo tipo, incluso hasta algún video. Fuimos normalizando el tema y ya no hacía falta ni jugar. Simplemente nos mandábamos un WhatsApp un poco caliente y comenzaba el cibersexo.

Más de una vez hicimos videollamadas masturbandonos, nos pasábamos las noches enteras comentando lo que haríamos si estuviésemos juntos. No diré su nombre real, pero la llamaré Valeria. Ella sabría porque este nombre. Valeria es una mujer casada, con un hijo, tenía 39 años cuando la conocí, hoy tiene 44. Físicamente no es una modelo, pero me quedo con su imaginación y con lo ardientemente que es. Físicamente, mide 1.50 m, con unos kilos de más, unos 70 kgs más o menos. Unas tetas enormes, 110 C, un culazo gordo que más de una vez se follo con uno de sus juguetes y un coño depilado, rosita y muy profundo...ummm que delicias me ha regalado con sus vídeos.

Tras pasar la pandemia decidimos un día hacer una quedada. Lo hablamos, convenimos el sitio y dijimos que tomaríamos un café y dejar fluir. La distancia entre los dos, era de unos 200 kms, pero fui yo el que me desplace a Cáceres para que ella solo tuviese unos 30 kms y poder estar a una hora prudencial en casa. 

El café fue muy rápido. En cuanto la vi aparecer en la cafetería de la plaza Mayor, note que venía con ganas de guerra. Traía una falda larga, de esas con un estampado de flores que no marcan la figura, pero arriba traía una camiseta negra en la que se adivinaban los pezones duros. Me levante a darle dos besos y conocerla en persona y al poner mi mano en su cadera, algo hizo que me impulsará a darle un cachetazo en el culo. Vaya culo...ummm.

Nos sentamos y al poco de traernos los cafés, en medio de una conversación aclaratoria de porqué le había agarrado el culo, note su pie desnudo buscando el bulto de mi verga. Me la sobo un buen rato, notando como el bulto cada vez se hacia más grande. Le dije que iba a reservar un hotel por Internet que estaba a 100 metros que iría delante y ella después, por si alguien le conocía. Me levante y me fui directo a la habitación, en menos de 5 minutos la estaba besando como un quinceañero. Empecé a magrearle las ubres, pellizcando sus pezones. Ella no perdía el tiempo y tocaba mi paquete. Se ánimo y se puso de rodillas, abriendo la cremallera de mis vaqueros y sacando mi polla. Me hizo una mamada impresionante, igual que la que le hacía a los dildos de los vídeos. Estuve apunto de correrme en su boca, pero paró justo antes. Se retiro, se quito la camiseta y me mostró sus enormes tetas. Se metió la polla en medio de ellas y se las folle. No tarde ni 5 minutos en correrme en su pecho, salpicando su boca. 

Para ir recuperandome, la incorpore y la fui desnudando poco a poco. Le baje la falda y sus bragas, dejando a la vista su coño depilado y rosa. Al igual que ella me había regalado una mamada descomunal, le devolví el favor y tumbandola en la cama le lami su clitoris mientras le metía dos dedos en su coñazo. Se corrió en mi boca, con un chorro tremendo. Me agarró del pelo y me llevó a su boca a compartir su corrida. Ya para entonces me había recuperado bastante y poniéndome un condon le metí la verga subiendole las piernas a mis hombros. Estuve bombeandola unos 5 minutos y de nuevo empezó a correrse, mojando toda la cama. Le di la vuelta, la puse a 4 patas y en un arrebato de lujuria  desenfreno y locura, le metí un pollazo en su culo. Se quejo un poco, pero con lo lubricados que estaba, no hizo el intento de sacarla. Estuve follandola hasta que me volví a correr dentro de su estrecho agujero negro. Al sentir mi leche volviendo a correrse, era increíble la manera de eyacular. 

Así estuvimos un par de horas hasta que decidió que era de irse a casa para darle la cena a su familia. Yo me quedé en el hotel duchandome y relajandome. Antes de dormirme me escribió diciendo que había sido maravilloso y que repetiriamos. Hasta hoy no hemos vuelto a quedar en real, pero todas las semanas buscamos un hueco para hacer alguna videollamada fogosa. Nunca pensé que un juego me llevaría a tener un cibersexo tan gratificante.