Ahora a mis 18 años recuerdo una historia muy especial, de aquellas que sólo suceden entre hombres... Cuando yo era un inocente muchacho mi papá era sargento en el ejército.
Mi papá y yo siempre hemos vivido juntos. A mi papá me resulta muy atractivo. És estña acosstado bocarriba. Desde mi perspectiva me doy cuenta que la enorme protuberancia de su sexo está creando una escandalosa colina ahí entre sus piernas...
No me había meado encima. Sólo hacía un rato que me había corrido porque mi hijo me había hecho un pajote llevando yo aún los pantalones puestos. La mancha era sólo los restos de mi simiente. (Filial Gay)
Sentado en el asiento del copiloto, mi hijo dormitaba desde hacía rato. Lo que necesitábamos era parar y descansar. Volvíamos a casa en mi camioneta después de un largo viaje por medio país. (Filial Gay)